domingo, 6 de septiembre de 2015

Diario de una cajera (1ª parte)


Una semana; solo llevo una semana en el trabajo, y ya me ha pasado de todo. Bueno, vale, lo sé, llevo un mes fuera nada más, pero en serio, en un mes se olvidan muchas cosas, sobre todo en lo que respecta a cierto tipo de clientes que te tienes que encontrar. Y tu sin perder esa sonrisa, impuesta a la fuerza y que hace que te duela la cara, y no precisamente de ser tan guapa (¡olé!, quería usar esa expresión).

Todas aquellas personas que lean esto, y sepan de que va la cosa, me darán la razón, y es que aunque hay días en los que todo te sale redondo y te lo pases en grande (y los hay, bastantes, a menudo, os lo prometo), hay otros que lo único que quieres hacer es cerrar tu caja e irte a casa; eso sí, sin dejar de gritar en el coche diciendo de todo y cagandote en lo que se te ponga por delante. Pero con respeto, siempre con respeto, y es que aunque te pongan de vuelta y media tienes que seguir sonriendo y decirle 'muchas gracias, vuelva pronto', mientras que por dentro estas acordandote de toda su familia, y de la de su vecino, que no tiene nada que ver en esto, simplemente es que con su familia no has tenido suficiente, y que además te apiadas de ese vecino, por tener que soportarle.

Queridos clientes que venis con vuestra mala hostia hasta la caja, solamente queria deciros una cosa: no siempre es nuestra culpa. No es nuestra culpa que un precio esté mal puesto, puesto que yo solo paso el producto; no es nuestra culpa que el tipo o la tipa que os ha atendido en la sección no sepa lo que os está vendiendo, puesto que yo solo os estoy pasando el producto; tampoco sabemos de todo y sobre todo lo que os estamos vendiendo, y no es porque yo sea una mujer y no sepa sobre herramientas, es que no me interesa saber para que sirve la broca tres y en que maquina de mierda va puesta, salvo que quizás llegué el momento en que tenga que usarla, entonces aprenderé y quizás entonces le pueda ayudar; yo no tengo la culpa de que usted no tenga dinero en su tarjeta o que en el banco le hayan cortado el credito, o que tenga algun tipo de retencion, o simplemente que el chip este jodido, yo solo paso la tarjeta y hago caso de lo que el datáfono me dice; sabemos que no quieren sacar todas las cosas del carro, que hay cosas iguales y que pesa todo demasiado, hacemos lo posible porque se saquen las cosas necesarias, pero hay veces que hay que sacarlo todo, no hace falta que se ponga a farfullar como un energumeno; tambien sabemos que, cuando se pasa ropa, no quieren que se ensucie, pero tampoco es plan de que nos pongais el puto polo de sombrero, y menos que nos suelten la prenda encima del lector, luego se quejan de que hemos pasado tres veces el mismo producto; tampoco tenemos la culpa de que se mezclen compras, puesto que nosotras, antes de empezar, pedimos que nos pongan el separador, pero si el cliente que viene detrás es un listo y lo quita, o bien el niño de turno, al que la madre tiene medio abandonado dando vueltas y cogiendo todos los productos, se lo pone en su compra, no podemos estar en cuatro compras a la vez; tampoco tenemos la culpa de que el responsable de la sección no esté cuando le llamamos, ya que no controlamos sus horarios; cuando llevamos el abrigo puesto, y el bolso colgado, siginifica que nuestra jornada laboral ha terminado, asi que, por favor, no vengais a que os atendamos, hay más gente trabajando en ese momento.

Pero oye, con respeto, todo con respeto. Teneis que entender que yo también soy cliente, y que paso por las cajas igual que vosotros, y si, me gusta que me traten bien, y tampoco me gusta esperar, para que vamos a negarlo, pero tengo un poco de sentido común, y si veo que hay algun problema, no lo pago con la cajera, y si veo que la tia es una desagradable, pues oye, simplemente me callo y cuando termine le doy las gracias y me voy, pero sobre todo, no te monto un pollo porque las cervezas no pasan al precio que pone;uso algo que creo que no todos tienen: EDUCACIÓN. Porque somos personas, y aunque sea nuestro trabajo, no nos gusta que nos pasen por encima.

Algunos diran 'madre mia, si el ser cajera es lo más fácil del mundo, solo tienen que pasar los productos y cobrar a la gente'', y yo les digo: si si, lo es, pasar productos es sencillo; nuestro verdadero trabajo es aguantar a todos esos clientes desagradables que pasan por nuestra caja y que nos hacen el día un poco más cuesta abajo, pero a los que tenemos que agradecer que nos esten dando trabajo, y sobre todo, las gracias, no vaya a ser que, encima, nosotras seamos las desagradables.

Asi que nada...¡MUCHAS GRACIAS Y VUELVA OTRO DÍA!

PD: volveré...
PD2: tengo mala memoria, y ahora mismo no recuerdo más cosas, pero tranquis, que lo irñe apuntando para próximas entradas.
PD3: ¿eres cajera? ¿te pasan estas cosas? Escríbeme, ayudame a recordad más cosas y así poder plasmarlo aquí :)


No hay comentarios

Publicar un comentario

© Without Alice in Wonderland
Maira Gall